Vuelves a llegar noche negra, amarilla y azul.
De sobresaltos, a ratos con el murmullo constante de la vida, acelera tu paso, que ya quiero que los ruiseñores alaben el amanecer y el rocío despierte los pétalos de los azahares.
Hace mucho que no te quiero noche, hace mucho que me dejaste un vació intenso en el alma, que la desolación se me hizo eterna y que la vida, perdió a mis ojos sus colores.
Te volviste maldita, te volviste de hielo, no ha vuelto a entibiarse mi corazón, ni ha vuelto a sonreír la ilusión de mi recónditos pensares.
Te recibo noche, porque es en ti, que mis ojos logran desaguar a raudales el rió que se lleva mis pesares.
Ay noche , si no fuera porque la luna te encara y porque el arrebol de la savia viva, sale a cantar en la sombra cómplice de tu silencio, ya habría llegado, a bailar mi última melodía.