Hoy escuché una palabra que me llamo la atención. Esta palabra es “atemporal”.
Les comentaré que mi inquietud no quedo ahí, pasó más allá e investigue.
Atemporal, ¿cómo lo defino? Fuera del tiempo presente, sería pasado ya… puede ser un pasado lejano, pero lo tomo como si hubiese sido anteayer.
Lo explico, me he encontrado con una amiga que no veía hace más de diez años. Al vernos, nos sorprendimos y nos saludamos, caminamos unas cuadras buscando una pequeña plaza para sentarnos un ratito a conversar. Encontramos el lugar y comenzamos nuestra cháchara, que significa, conversación. Fue tan entretenida la conversación, que se nos hizo corto el tiempo. En todos estos años, sin vernos y sin saber nada la una de la otra, rápidamente nos fuimos poniendo al día, en nuestras vivencias. Llegó el momento de despedirnos y lo hicimos con un “¿hasta pronto…???”
Aquí me llamó la atención el reencuentro con mi amiga. Pese a los años transcurridos, nuestro encuentro y nuestra conversación fue tan bonita y fluida, que me pareció que la última vez que nos vimos hubiese sido la semana pasada, en circunstancias que habían transcurrido ¡diez años!
Y ese hasta pronto que nos dijimos, es porque quedamos pendiente hasta cuando nuevamente la vida cruce nuestros caminos, sin haber compromiso de por medio, ni de fechas ni de tiempo.
Atemporal resultó ser una interesante palabra para mí.