Hoy en el año 2018, en pleno siglo XXI, estamos viviendo una etapa en la historia de la humanidad que nos lleva a reflexionar acerca de cómo vamos caminado hacia un nuevo estado de madurez propio del cambio, acerca del avance de una especie que está en continuo progreso y acerca de cómo en cada etapa del crecimiento, existen crisis que nos desafían a adaptarnos a nuevas realidades.
La adultez mayor como una etapa deseada
Me atrevo a decir y destacar que nos sentimos igualmente agradadas, contentas y satisfechas de lo que hemos aportado: experiencias vividas y experiencias aún por vivir… porque somos fuertes, decididas, comprometidas, audaces y todavía contamos con las capacidades para seguir desarrollándonos.
La madurez que estamos viviendo es una nueva etapa y nuestra dimensión física aún nos permite seguir creciendo, siendo un manantial que fluye con nuevos y variados aportes para una sociedad en permanente construcción.
Mujeres mayores a la vanguardia de los cambios
Todos nos estamos dando cuenta que en este bellísimo momento del camino hacia el progreso, las mujeres estamos siendo protagonistas.
Quienes estamos viviendo hoy nuestra adultez mayor (otra gran fase de nuestras vidas que tal vez llegó rápidamente, casi sin darnos cuenta), llevamos siempre con nosotras, los múltiples papeles que hemos desempeñado como mujeres a lo largo de nuestra vida: estudiantes, madres, compañeras, trabajadoras, entre otros tantos roles.
Todas estas experiencias y conocimientos están aquí acompañándonos en esta etapa tan desafiante para nosotras mismas y para la sociedad que nos acoge.
Como es una realidad que se ha establecido, es necesario que se construyan varias condiciones que permitan pasar de un estado a otro de bienestar y felicidad, mirar esta nueva etapa, no como un desafío agobiante sino como un sendero nuevo donde transitar y refrescar esta visión con optimismo en cada paso diferente que damos.
En esta aventura del cambio, fuimos muchas las que ya lo iniciamos y queremos contagiar como promotoras de una transformación, en esta etapa de madurez de la humanidad.
Crear convivencia basada en el respeto
Si queremos intentar una convivencia basada en el respeto, en la colaboración, en la conciencia ecológica y en la responsabilidad social, el camino para lograrla, es la democracia participativa.
Entonces, es tarea de todos. Ya no podemos actuar como seres individuales.
Querámoslo o no, debemos entender que somos interdependientes, es decir, como individuos dependeremos unos de otros para lograr construir un nuevo paradigma de vida donde todos hayamos sido convocados.
Para llegar a esto también debemos reforzar y desarrollar el amor y la paz. El amor es la emoción que fundamenta lo social. Los grandes valores los ideales de la justicia, paz y armonía, han nacido del amor.
Somos partícipes activos y protagonistas de una sociedad “para todas las edades”, entonces necesitamos construir un marco conceptual diferente, en donde las mujeres mayores no seamos más las marginadas del asunto y todas tengamos las oportunidades para ser felices.
Los seres humanos somos frutos de la cooperación para la conservación, no de la lucha por la supervivencia: bioevolutivamente somos, porque amamos.
(Humberto Maturana, biólogo chileno)
Entonces, esta es la etapa de la esperanza de vida, incluye retos y desafíos, desde la política, los servicios de salud pública… ya que la calidad vida y el envejecimiento saludable de la población dependerá de la forma en que se aborden estos desafíos.
Un homenaje a todas las mujeres
¡A ti mujer luchadora!
Mujer trabajadora , rebelde y soñadora
Llena de defecto y grandes virtudes
Llena de amor y comprensión
Llena de coherencia y firma convicción
De un profundo compromiso
Mujer que luchas a diario
Que no concibes la realidad como la vives
Que estás inconforme con la injusticia
Y buscas para los tuyos futuro de vida digna
Mujer que con tu sonrisa y tu firmeza
Construyes caminos de equidad
Caminos de igualdad
Caminos de justicia
Y caminos de paz
A ti mujer valerosa y consciente
Mujer que con tus palabras fuertes
Lograr que el mundo se despierte
Gracias mujer por ser consecuente
Por pelear por lo que crees coherente
Por luchar por lo que amas así a la gente le cueste
Por luchar por la transformación
de un sistema diferente.
(Jorge Acuña)
*Este artículo es parte del Proyecto “Envejecer como mujer: reflexiones de blogueras mayores” financiado por el Ministerio Secretaría General de Gobierno a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2018.